El frío no puede con el Volvo C30 eléctrico

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©Volvo

Göteborg (Suecia).- ¿Qué efectos puede provocar el frío más intenso en un vehículo eléctrico? ¿Podemos quedarnos tirados porque la batería se ha descargado? Estas son las preguntas que se formularon los ingenieros de Volvo, acostumbrados a las gélidas temperaturas suecas, durante el desarrollo de la variante eléctrica del C30.

 

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Para contestarlas, expusieron el vehículo a las condiciones climatológicas más extremas con temperaturas de hasta -20ºC, ni más ni menos que lo que se exige al resto de modelos del fabricante sueco que funcionan con motores de combustión interna.

 

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Bajo estas condiciones realizaron más de 200 test diferentes que han de asegurar la viabilidad del proyecto. «Debemos asegurarnos que el Volvo C30 Electric funciona como está previsto cuando se conduce, aparca o se recarga en una gran variedad de condiciones, desde las normales hasta el calor o el frío extremo«, explica Lennart Stegland, director de Volvo Cars’ Special Vehicles, que añade que «el norte de Suecia es el lugar perfecto para realizar pruebas a temperaturas bajo cero«.

 

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El Volvo C30 está equipado con tres equipos climáticos. El primero proporciona frío o calor a los ocupantes, el segundo calienta o enfría la batería según las necesidades puntuales, y el motor eléctrico está provisto de refrigeración líquida.

 

Los tres sistemas son independientes para no comprometer el funcionamiento de la batería. El control climático del habitáculo funciona con bioetanol almacenado en un pequeño depósito de 14,5 litros, aunque también es posible utilizar electricidad de la batería.

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