Ya se sabe que con cada nuevo Mercedes-Benz Clase S acaba llegando un coupé derivado de la excelsa berlina que eleva aún más su exclusividad. El Salón de Frankfurt 2013, escenario de la presentación mundial de su buque insignia, ha sido también el lugar elegido por Mercedes-Benz para mostrar el anticipo de la carrocería de dos puertas, el auténtico tope de gama, pero en forma de concept car.
La silueta adopta la denominada “dropping-line” que caracteriza a las últimas creaciones de la firma de la estrella y con la que este coupé armoniza todo su contorno, en el que vuelven a ser característicos una cintura alta con una superficie acristalada baja.
El capó alargado y los pronunciados pasos de rueda, que protegen unos neumáticos de medidas 265/35 R 21 delante y 295/35 R21 detrás, redondean un conjunto cuyos 5.050 mm de longitud hacen que su carrocería aligerada (algunos paneles, como los de las puertas, son de aluminio) resulte imponente y estilizada al mismo tiempo.
Para desplazar este monumento rodante, se ha elegido un bloque V8 biturbo que es capaz de extraer de sus 4.663 cc de cilindrada 455 CV de potencia y un par motor de 700 Nm.
En cuanto a los sistemas de seguridad, el más llamativo es lo que Mercedes ha llamado tecnología “Intelligent Drive”. Una cámara estereoscópica con dos visores capta imágenes en tres dimensiones hasta 50 metros por delante del coche, lo que permite detectar objetos en “6DVision”, tanto parados como en movimiento, y activar los sistemas de asistencia que manejan también la información del radar y de los sensores de ultrasonidos. Uno de ellos es el Road Surface Scan que, al detectar irregularidades en la carretera a través de la cámara estereoscópica, permite al Magic Body Control ajustar la dureza de la amortiguación antes de alcanzarlas.
