Peugeot Onyx, velocidad esculpida

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Peugeot nos tiene acostumbrados a prototipos extremadamente espectaculares, y lo mejor de todo es que a menudo no son solo un mero ejercicio de estilo, sino que plantean retos técnicos actuales o de futuro próximo.

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El Peugeot Onyx, es el último de ellos, y experimenta con sistemas constructivos en una configuración de motor central y tracción trasera. Para empezar, está literalmente esculpido a partir de una hoja de cobre, pulida como un espejo, que evolucionará a partir de su contacto con el medio ambiente. El resto, casi enteramente es fibra de carbono, con los cristales y el techo transparente en PMMA (polimetacrilato de metilo) que realizan un guiño al RCZ con un techo abombado y arcos en aluminio.

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El chasis ha sido realizado por Peugeot Sport en colaboración con la Dirección de Investigación y Desarrollo del Grupo. La estructura central de carbono está formada únicamente por 12 piezas, e integra los sub-chasis delantero y trasero. Pesa apenas 100 kg.

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Si en el EX1 Peugeot experimentaba con un deportivo completamente eléctrico capaz de batir varios récords de velocidad gracias a su particular configuración, el Onyx es un superdeportivo más adaptado a los cánones actuales, por lo menos en cuanto a estructura y planteamiento.

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Atornillados al monocasco de carbono se encuentra un 3.7 V8 HDi híbrido, además de las suspensiones. El motor traslada sus 600 CV a las ruedas traseras mediante una caja secuencial de 6 velocidades. La energía generada en las fases de frenado se almacena en una batería de litio que permite añadir otros 80 CV en las aceleraciones.

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Todo ello nos puede dar una ligera idea del nivel de prestaciones al que nos enfrentamos, redondeadas por un fondo de carbono diseñado para generar efecto suelo. Con este elemento, los ingenieros se han permitido el lujo de reducir a la mínima expresión los aditamentos aerodinámicos de la carrocería y simplificar las formas del vehículo.

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En este caso, el principal desafío técnico del equipo propulsor ha consistido precisamente en hacer que un motor de competición que se encuentra cómodo en los regímenes extremos pueda ser utilizable en carretera.

El habitáculo, realizado en fieltro comprimido, estirado y posteriormente encajado en la estructura de carbono, se modeló en una única pieza, creando un caparazón alrededor de los dos ocupantes. Aquí también se intentó eliminar todo lo superfluo y dejar únicamente lo esencial para disfrutar de la conducción. El salpicadero, por su parte, está realizado en lo que en Peugeot han dado en denominar Newpaper Wood, es decir, una madera creada a partir de periódicos reciclados.

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