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La afinada mecánica se potencia hasta los 398 CV a 6.500 rpm, con lo que se obtiene una potencia específica de casi 200 CV/l. Las mejoras necesarias para lograr este incremento han sido profundas. El sistema de admisión y de escape se han modificado, se ha cambiado la puesta a punto del motor, la ECU se ha reconfigurado y el sistema de turbo compresión es nuevo. El par también se incrementa hasta 524 Nm a 3.500 rpm. Gracias a estas mejoras, el coche acelera de 0-100 en 3,8 segundos y tiene una velocidad punta autolimitada de 250 km/h. Pero las modificaciones no sólo se encuentran en el corazón de la máquina.
El chasis también recibe lo suyo. El conjunto de la suspensión compuesto por muelles Eibach y amortiguadores Bilstein es especial para la ocasión, pensado para mejorar la capacidad de tracción y el paso por curva del juguetito. Los diferenciales autoblocantes regulados con la nueva configuración de la ECU mejoran la dirección del coche haciéndolo más hábil entre curvas. Pero esto de poco serviría con unos malos neumáticos. Los ingenieros británicos han calzado al coche con unas Toyo Proxes R1R de 18 pulgadas, cuyo agarre es inversamente proporcional a su duración, es decir, 4.000 km de pura tracción.
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Tanto el exterior como el interior se han radicalizado. Los apéndices en fibra de carbono en la carrocería se encuentran presentes con asiduidad, pero sin llegar al exceso y en su interior, unos asientos Recaro se encargarán de que nuestro cuerpo absorba los G sin ir de un lado a otro de la cabina.
El precio de adquisición del modelo es de aproximadamente 57.000 € al cambio.
