Inglesa desarrollada por alemanes una; típicamente italiana y de Milán la otra. A priori se diría que ni Mini ni Touring Superleggera tenían fácil justificar la creación conjunta de un concept car que uniera lo mejor de ambos mundos, pero lo han hecho: se llama Mini Superleggera Vision.
Empezando por lo obvio, se trata de un biplaza de techo abierto, de tamaño compacto y voladizos cortos, porque es un Mini, pero con el capó y la batalla alargados. Estas proporciones le dan un aire clásico al concepto diseñado por Anders Warming, director de Mini Design, y aseguran, según explican en la marca, “pura diversión de conducción”.
Es probable, pero aquí de lo que se trata es de ver cómo el carrocero italiano ha puesto su experiencia artenasal a disposición de Mini para fabricar el cuerpo de este peculiar prototipo, un toque de glamour imprescindible si se quería lucir con dignidad en el Concorso d’Eleganza Villa d’Este 2014.
Así, el frontal mantiene el actual aire de familia de la gama de Oxford, como los grandes faros circulares y parrilla hexagonal que, en este modelo, está cerrada porque el Mini Superleggera Vision monta un motor eléctrico.
En la vista lateral, en cambio, sí se muestra una lógica imagen distintiva de una carrocería construida con grandes paneles de aluminio modelados a mano, un trabajo artesano que no se podría reproducir con una estampación industrial. La utilización de materiales como el CFRP (plástico reforzado con fibra de carbono) en detalles del frontal o el difusor trasero dan el contrapunto moderno a un coche cuya parte posterior también se sale de la norma.
