El diésel llega al Mercedes-Benz SLK

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Hace tiempo que dejó de sorprender encontrarse en coche deportivo o un descapotable con un cuentavueltas con la zona roja a partir de las 4.000 vueltas. Pero por mucho que los llamados puristas del automóvil se sigan llevando las manos a la cabeza, lo cierto es que desde los tiempos del Ford T, el pragmatismo ha sido una de las variables que casi todos los fabricantes de automóviles han manejado en mayor o menor medida.

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Por ese motivo, incluso podría decirse que Mercedes-Benz ha tardado en lanzar el SLK 250 CDI, una versión del pequeño biplaza con techo duro retráctil equipada con el eficaz motor de 2.143 cc que entrega 204 CV, un turbodiésel del que ya tuvimos ocasión de comprobar su buen rendimiento en otro de los descapotables de Stuttgart, el Clase E 250 CDI Cabrio o en el GLK 250 CDI. Su lanzamiento está previsto para finales de este mes de noviembre, e inicialmente se ofrecerá de serie con cambio automático, dejando el manual para más adelante.

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Montado en el pequeño roadster, sensiblemente más ligero que los 1.815 kg del renacido cuatro plazas, este propulsor no desentona con la idea de disfrute de la conducción que se le supone a la silueta recortada del SLK: la aceleración de 0 a 100 km/h en 6,7 segundos habla por sí sola.

En el lado opuesto, un consumo de 4,9 l/100 km y unas emisiones de CO2 de 128 g/km, gracias entre otras cosas al sistema ECO start/stop no admiten respuesta en un segmento en el que el Mercedes SLK 250 CDI no tiene rival. El precio de venta al público será de 48.200 euros.

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