La nueva reinvención del Mini se llama Countryman

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Madrid.- Quizá ahora muchos no lo recuerden, ni siquiera en el seno de BMW, pero en su momento lanzar un coche de menos de 4 metros con bastidor y acabados de categoría de coche de lujo resultaba una apuesta de lo más arriesgada.

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De hecho, no fue hasta la segunda generación del Mini que hoy conocemos que a la firma bávara le empezaron a cuadrar los números, y la prueba de ello es que es ahora cuando se está lanzando a producir más y más variantes del pequeño británico.

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Si el Mini Clubman se las daba de familiar al lado de sus hermanos, la llegada del Countryman lo desplaza de su posición del mayor de la gama. Los 4097 mm de longitud del Mini campero (3 mm más en el caso del Cooper S y 160 mm de ventaja respecto a los Clubman) colocan al nuevo crossover en un segmento superior que, sin embargo, no llega a pisar del todo a los creciditos compactos que se fabrican hoy en día.

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Poco importa eso, porque el Mini Countryman se encuentra prácticamente solo en un mercado en el que no abundan los coches de su tamaño y rancio (aunque juvenil) abolengo. Curiosamente, el más peculiar de los Mini producidos hasta ahora, por su aspecto y vocación off-road, es también el que cuenta con la carrocería más convencional, gracias a sus cuatro puertas más portón que dan acceso a cuatro o cinco plazas reales y un maletero de verdad.

El maquillaje de guerra, sin embargo, y su altura elevada, dejan claro que con este modelo uno se puede atrever a hacer cosas que con los otros ni se plantea. La tracción total Mini All4, disponible en las versiones de gasolina y diésel más potentes, corrobora lo que promete la estampa del Mini Country, ya que le permite salir airoso de situaciones relativamente complicadas, más dentro que fuera del asfalto.

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Por defecto, el diferencial central electrohidráulico se encarga de repartir la potencia al 50% entre ambos ejes, que puede llegar hasta el 100% al eje trasero en casos extremos. Con este sistema se puede incluso solicitar un bloqueo electrónico del diferencial delantero.

Las cinco posibilidades mecánicas que Mini ofrece en el nuevo Countryman comparten idéntica cilindrada, 1.598 cc, aunque los 3 motores gasolina tienen unas cotas internas diferentes a los 2 diésel. El Cooper S, como es tradición, ocupa el escalón superior de la gama.

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Para la ocasión, se utiliza la nueva variante del 1.6 de inyección directa y turbo Twin-Scroll conocido hasta ahora. Tal y como está haciendo BMW en sus motores de 6 cilindros en línea que usan esta combinación, el tetracilíndrico desarrollado en colaboración con el Grupo PSA Peugeot-Citroën cuenta ahora con la regulación variable de las válvulas Valvetronic.

Con este sistema se prescinde de la mariposa de admisión, ya que la entrada de aire en la cámara de combustión es gestionada por la apertura de las válvulas. A la reducción del consumo respecto al anterior motor, que la marca cifra en un 9%, el nuevo añade el incremento de la potencia a los 184 CV a 5.500 rpm (en lugar de los 175 CV de antes). El par máximo es de 240 Nm a 1.600 rpm, aunque en situaciones de máxima exigencia la función ‘overboost’ permite subir puntualmente a los 260 Nm.

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Para el Mini Cooper y el Mini One Countryman, la admisión del propulsor 1.6 es atmosférica, aunque el primero de ellos conserva el sistema de alzado variable de las válvulas, gracias al cual alcanza los 122 CV a 6.000 rpm. En el Mini One, la versión de acceso, la potencia de 98 CV se obtiene a mismo régimen.

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Las variantes turbodiésel se denominan Mini Cooper D Countryman y Mini One D Countryman. Los dos incorporan filtro de partículas y se alimentan mediante inyección directa common-rail con inyectores de válvulas magnéticas que trabajan a 1.600 bares. El turbocompresor, de geometría variable, permite al Cooper D entregar 112 CV y un par de 270 Nm, mientras que el One D se contenta con 90 CV y 215 Nm.

Toda la gama Mini Countryman cuenta con cajas de cambio manuales de 6 velocidades, asociadas al sistema denominado Minimalism, que consiste en la inclusión de un dispositivo de recuperación de la energía de frenado, función Auto Start-Stop e indicador de cambio de marcha. Los propulsores gasolina, por su parte, se pueden solicitar opcionalmente con cambio automático de 6 relaciones con levas en el volante.

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