Prueba Mercedes-Benz Clase E 300 de

Primera prueba Mercedes-Benz Clase E 300 de

Prueba y opiniones por Gaby Esono

El lanzamiento del Mercedes-Benz Clase E 300 de es la respuesta de la firma de la estrella a una demanda que va en aumento: la de coches con etiqueta cero.

Para una marca como la alemana, cuya oferta está compuesta en su mayoría por coches de gran tamaño, peso y prestaciones, supone todo un reto desarrollar modelos que ofrezcan el rendimiento que se espera de un coche de lujo, pero que a la vez puedan cumplir con las cada vez más exigentes normativas medioambientales.

Esto, que en general se ha podido ir solventando con la incorporación de mecánicas cada vez más eficientes, se encontraba con un escollo casi insalvable en el caso de las grandes ciudades.

En Europa, muchas de ellas han implantado medidas que impedirán la libre circulación de automóviles de combustión. La controvertida zona «Madrid Central», sin ir más lejos, está decantando forzosamente la decisión de compra de muchos conductores, que solo pueden entrar con un coche eficiente en el núcleo de la capital de España.

Híbrido enfuchable con motor diésel

Hoy en día, la solución de movilidad más versátil de Mercedes-Benz la ofrecen los modelos EQ Power, apelativo con el que la firma de Stuttgart engloba a sus vehículos plug-in hybrid (híbridos enchufables), de los que este Clase E 300 de es ya la tercera generación.

De hecho, esta propuesta podría decirse que es la ideal. El E 300 de cuenta con un motor diésel de última generación, el OM 654, que con 2 litros y 4 cilindros tiene suficiente para entregar 194 CV; y a este bloque se le suma el empuje de un motor eléctrico de 122 CV.

Unidos a una caja de cambios automática de 9 relaciones 9G-Tronic, el conjunto propulsor entrega al eje trasero hasta 306 CV de potencia y un par motor impresionante, de 700 Nm. Estos valores le permiten declarar una aceleración de 0 a 100 km/h en 5,9 segundos (6,0 segundos en la carrocería Estate, la familiar) y una velocidad máxima de 250 km/h, que pueden ser más de 130 km/h en modo 100% eléctrico.

Más llamativo todavía resulta el consumo medio homologado, de apenas 1,7 l/100 km según el ciclo NEDC. Estaremos de acuerdo con que las condiciones de un ciclo de homologación rara vez coinciden con las de conducción normal en carretera abierta. Sin embargo, es una cifra muy llamativa en la que, sin duda, tienen mucho que ver los 54 km de autonomía (52 km en el Estate) disponibles en modo eléctrico.

Conseguir este resultado ha sido posible gracias a la mejora de la batería, en las que se ha duplicado la capacidad energética de sus celdas. Se ha pasado de 6,4 kWh a 13,5 kWh, a lo que hay que añadir que su cargador de a bordo, de 7,4 kW, permite cargar la batería del 10 al 100% en hora y media.

Todo esto pinta muy bien, pero para saber hasta qué punto este conjunto es eficiente había que probarlo en condiciones reales. Para ello, Mercedes organizó una ruta por Madrid y alrededores en la que nos indicaron la mejor forma de aprovechar el potencial del Mercedes-Benz E 300 de.

Eficiente, si sabes cómo usarlo

Y es que, y aquí está el truco, este coche cuenta con varios modos de conducción, cada uno ideal para el entorno en el que nos encontremos. A través de la tecla Dynamic Select y un botón específico, cuando estamos en modo Comfort o Economy podemos entre Hybrid (el sistema gestiona el tipo de propulsión), E-Mode (prioridad a la conducción eléctrica mientras la batería tenga carga), E-Save (prioridad al motor de combustión para ahorrar carga de la batería) y Charge (se prioriza la carga de la batería).

El modo Hybrid adapta automáticamente el tipo de propulsión al tipo de conducción que estemos realizando en cada momento y al nivel de carga de la batería, de forma que el conductor no debe preocuparse por nada.

Ahora bien, si queremos ser realmente eficientes, en entorno urbano usaremos todo lo posible el E-Mode, especialmente si hemos tenido la oportunidad de cargar la batería antes de salir.

Una vez se sale a la carretera, lo ideal es confiar la propulsión al motor diésel y ahorrar carga de la batería con el modo E-Save, con lo que dispondremos de mayor autonomía cuando volvamos a la ciudad.

Y, si durante el recorrido nos encontramos con pendientes y tramos en los que se pueda circular sin pisar el acelerador, el modo Charge nos ayudará a recuperar más rápidamente la capacidad de la batería.

Un híbrido con criterio propio

Como apoyo, el E 300 de cuenta con el Asistente ECO, que lanza en el cuadro de mandos una serie de indicaciones sobre la ruta que estamos siguiendo. Gracias a ello el conductor puede anticipar sus reacciones y realizar una conducción más eficiente.

Además, el sistema de gestión también puede realizar acciones preventivas para ahorrar combustible, como por ejemplo evitar un cambio a una marcha superior cuando estamos a punto de entrar a una rotonda.

Tratando de seguir las indicaciones que nos dieron, entre Miguel Ángel Solá (compañero de Lifestyle Motor con el que compartí la ruta) y yo conseguimos un consumo de 3,3 l/100 km en los 116 km de recorrido planificados. Se trató de una ruta que combinaba de forma más o menos equitativa tanto ciudad como carretera y autovía.

La cifra, porcentualmente, está alejada de la homologada pero es impresionante en términos absolutos. Así que se me ocurren algunos ejemplos a los que este coche se le podría ajustar como un guante: un directivo que acuda a trabajar con su coche al centro desde la urbanización; o determinados servicios de traslado de pasajeros (hotel al aeropuerto, etc.), el Mercedes-Benz E 300 de se me antoja como una de las mejores opciones.

Características y precios del Mercedes E 300 de

¹ Valores de consumo y CO2 según NEDC

² Valores de emisiones de CO2 según WLTP