A. Aulesa – ¿Quién no ha oído hablar de Eau Rouge o de Le Radillon? Esta conjunción de curvas izquierda-derecha-izquierda ha sido denominada por muchos como la más difícil del mundo. Sea así o no, se trata del tramo más «especial» para los pilotos que compiten en Spa, pues es una zona que debe tomarse pisando el acelerador a fondo (a 300km/h y en sexta marcha) si se quieren obtener buenos tiempos por vuelta.
Otra de las zonas más conocidas de Spa es el Bus-Stop, o Parada del Autobús, una chicane (derecha-izquierda-derecha) que obliga a los pilotos a reducir de 300km/h a 85km/h y que se encuentra justo antes de la recta de meta.
La combinación entre rectas tan largas, curvas tan lentas y chicanes tan cerradas obligan a las escuderías a preparar un setting de los más ajustado y equilibrado posible. Por un lado, hay que conseguir una baja resistencia aerodinámica para alcanzar alta velocidad en las rectas, aunque por otro lado se debe generar carga aerodinámica suficiente para facilitar el paso por las curvas. Por no hablar de la importancia de los frenos, pues en Spa se producen bruscas reducciones de velocidad que obligan al piloto a pisarlos con fuerza.
Todos estos factores convierten el GP de Bélgica en un punto señalado en el calendario del mundial, pues siempre se producen situaciones que fomentan la dificultad de la competición, aumentando así el espectáculo de cara a la audiencia.
Además, como sólo 20 puntos separan a los cinco primeros clasificados y todos tienen ganas de tomar un liderato firme de cara a las últimas carreras, la emoción está asegurada para el próximo fin de semana.
Por su parte, Michael Schumacher deberá enfrentarse a la sanción de diez posiciones en parrilla por su sucio y arriesgado adelantamiento a Rubens Barrichello en Hungaroring.
Clasificación de pilotos y constructores 2010