Dakar 2013 – Etapa 8: Chicherit se crece contra los elementos

Gaby Esono.- La mañana empezaba movida en los “despachos” del Dakar 2013, desde donde se anunciaba que el aguacero que estaba cayendo en el recorrido de la octava etapa, que unía las poblaciones de Santa y San Miguel de Tucumán y obligaba a suspender el primer tramo cronometrado de los dos previstos, con lo que los 470 kilómetros contra el reloj programados se quedaban en aproximadamente la mitad.

La caravana de coches, encabezada por el Mini Countryman All4 Racing de Stéphane Peterhansel y Jean-Paul Cottret, se dirigía pues directamente al segundo tramo, en el que las condiciones no eran, ni de lejos, mejores que las previstas para el primero. Así, la noticia, además de las inclemencias del tiempo, llegaba con el primer fallo cometido por los líderes de la carrera desde que ésta comenzara en Lima, que siguiendo las huellas que habían dejado las motos siguiendo un camino incorrecto por el cauce de un río, hacían 5 kilómetros de más, ya que Peterhansel tardó 2,5 kilómetros en dar media vuelta tal y como le ordenaba su copiloto.

En total, cerca de 9 minutos perdidos que, finalmente, quedaron en nada porque la organización decidía neutralizar la carrera en el segundo way point, a apenas 88 kilómetros de la salida.

Un consuelo para monsieur Dakar, que por aquel entonces ya marchaba a un ritmo casi 3 minutos más lento que el del Buggy Qatar Red Bull de Nasser Al-Attiyah y Lucas Cruz. No era el suyo, sin embargo, el coche protagonista del día, sino el primer Buggy-SMG. De hecho, Guerlain Chicherit lo tenía muy claro al empezar la jornada: “Abróchate bien el cinturón”, le dijo justo antes de salir a Jean-Pierre Garcin, su copiloto, “porque vamos a atacar”.

Y dicho y hecho, desde el primer momento fueron a fondo y consiguieron superar todas las dificultades para llegar los primeros a la meta, sacándole más de 4 minutos al BMW X3 CC de Orlando Terranova y Paulo Fiuza, convertidos por un día en líderes de la poderosa escuadra X-Raid, y poco más de 5 minutos a Robby Gordon y Kellon Walch, que demostraron una vez más la competitividad de su Hummer.

Nani Roma, por su parte, se mostraba bastante molesto por cómo había afrontado la organización el transcurso del tramo cronometrado. Él y su copiloto, Jean-Paul Cottret, estaban entre los nueve equipos que habían llegado hasta la meta de San Miguel de Tucumán tratando de hacer el mejor tiempo posible, y tomando unos riesgos que, a la postre, fueron inútiles, porque la ASO ya había decidido neutralizar la carrera muchos kilómetros atrás. El de Folgueroles no cuestionaba la decisión, sino que no se hubiera avisado a los que iban delante.

Al final, después de varias horas de deliveración, los comisarios establecieron igualar los tiempos de todos los pilotos que llegaron más tarde que Peterhansel (a 12:15 de Chicherit), con lo que la distancia del francés con sus inmediatos seguidores en la general, Al-Attiyah/Cruz y el Imperial Toyota Hilux de De Villiers/Von Zitzewitz, se mantiene invariada respecto a la jornada anterior.

Hoy, jornada de descanso en San Miguel de Tucumán.

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