BMW no suele jugar al escondite con sus concepts, y la idea de subir un número la nomenclatura de la carrocería coupé (y la del cabrio, que no tardará en llegar) del BMW Serie 3 viene de lejos. Ya se rumoreó en su día cuando se lanzó la generación anterior, pero finalmente prefirieron esperar a este nuevo modelo.
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Las razones, muchas, pero una de las más importantes es que se quería establecer una diferenciación más evidente entre ambos conceptos, el tradicional y familiar propios de la berlina y el Touring, y el más dinámico y hedonista que se les supone a las variantes de dos puertas del modelo alemán, al menos desde que las dotó de ese aspecto más deportivo, a partir de la tercera generación, el BMW E36. Del BMW Serie 3 Gran Turismo no había aún referencias, de modo que habrá que esperar a ver si el enfoque intermedio entre ambas ideas cala en el mercado.
Así, en esta ocasión el coupé saluda con un frontal que vuelve a confundir, porque los faros y los riñones no ocultan el aire de familia. Al fin y al cabo, es en el perfil donde una vez más se marca una clara diferencia con el resto de cuerpos derivados de la plataforma media de BMW, con una silueta más baja (1.362 mm; 16 mm menos) y alargada (4.638 mm; 26 mm) que la berlina, a la que supera también en distancia entre ejes (50 mm más; 2.810 mm en total).
Del Serie 3 GT toma prestado el detalle de las salidas de aire tras los pasos de rueda delanteros, que la marca denomina “air breather” y que, según parece, reducen la resistencia aerodinámica.
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La gama de motores con la que este coupé de cuatro plazas, en las que los ocupantes traseros tienen un diseño casi individualizado, saldrá al mercado será más bien modesta en extensión, pero satisfactoria en prestaciones, gracias a la eficacia del sistema TwinPower Turbo: el seis cilindros de gasolina de 306 CV para el BMW 435i Coupé (inolvidable en el BMW 535i Touring que probamos); el cuatro cilindros de 245 CV para el BMW 428i Coupé (que también recordamos en el BMW 328i); y un diésel de 184 CV para el BMW 420d Coupé, del que pronto daremos cuenta en diversos modelos.
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La escasa oferta de propulsores inicial, cuyas primeras unidades llegarán a los concesionarios entre agosto y septiembre, BMW la compensará con la variedad de transmisiones disponibles, ya que en lugar de la caja de cambios manual de 6 velocidades de serie se puede solicitar el eficaz cambio automático de 8 marchas; además, los dos gasolina contarán con la opción de tracción total xDrive, una posibilidad que llegará también al 420d Coupé a partir de otoño.
En esas fechas comenzará a comercializarse el BMW 420i Coupé (184 CV) de gasolina y dos variantes de 6 cilindros en línea turbodiésel, que escalonan su potencia entre los 258 CV del 430d y los 313 CV del 435d, tope de gama a la espera del futuro BMW M4.
Antes, sin embargo, veremos la carrocería descapotable del Serie 4, de la que se espera que la producción dé comienzo en noviembre de 2013 para iniciar su comercialización antes de que acabe el año.
