¿Por qué Carlos Sainz es el mejor piloto del WRC?

Carlos Sainz presentación Dakar 2015

Carlos Sainz ha sido elegido esta pasada semana el mejor piloto en la historia del WRC, el Campeonato del Mundo de Rally. El propio promotor del WRC, en colaboración con Pirelli, organizó esta votación en la que se pidió la participación a periodistas especializados y también a los aficionados al mundo del motor.

Carlos Sainz mejor piloto WRC

En total fueron 300.000 votos emitidos durante el mes que duró el concurso. La propuesta era elegir entre cada uno de los 18 pilotos campeones del mundo desde que disputa oficialmente este título, en 1979, más dos comodines. Por sorteo, se configuraron parejas entre las cuales los participantes tenían que elegir al mejor de los dos conductores.

Así, en un lado del cuadro estaba Carlos Sainz, dos veces campeón del mundo (1990 y 1992, con Toyota), que se enfrentó en primera ronda a Hannu Mikkola, en la siguiente a Tommi Mäkinen y en semifinales a Sébastien Ogier.

Carlos Sainz Toyota Celica GT Four

Carlos Sainz rompió el estigma de los pilotos «especialistas»

En el otro lado, Sébastien Loeb, ganador del título 9 veces consecutivas (entre 2004 y 2012, siempre con Citroën) y por tanto cabeza de serie número 1. Con su historial no le fue difícil imponerse a Richard Burns primero, a Walter Röhrl después y finalmente a Juha Kankkunen antes de verse las caras con el madrileño en la gran final.

En el último enfrentamiento, tras el empate a tres entre los seis periodistas -Julian Porter (comentarista y locutor del WRC), Marco Giordo (revista Autosprint, Italia), Reiner Kuhn (Motorsport aktuell, Alemania), David Evans (DirtFish, EE.UU.), Loic Rocci (AUTOhebdo, Francia) y José-Manuel González (comentarista del WRC+ All Live, España)-, el público se encargó de romper el equilibrio otorgando a Sainz un 57,28% de los 80.000 votos. Un margen estrecho pero incuestionable.

Ahora bien, ¿cómo es posible que un piloto con solo dos campeonatos en su haber consiguiera imponerse al rey indiscutible del campeonato? Estas son las claves:

Talento innato

Carlos Sainz fue el piloto que rompió ciertos patrones establecidos en el mundo de los rallies. Hasta su llegada, solía considerarse que cada piloto era «especialista» en un tipo de superficie, de forma que normalmente los nórdicos solían dominar como nadie los rallies de tierra y nieve, mientras que los pilotos del sur de Europa eran los preferidos por las marcas para participar en los rallies de asfalto.

Su debut mundialista en el Rally de Portugal de 1987, marcando un scratch en el primer tramo con el potente y eficaz pero poco fiable Ford Sierra Cosworth de tracción trasera, dio una idea muy clara de su talento como piloto. Con Ford, compaginó esa temporada y la siguiente el Campeonato de España de Rallies, que hizo suyo, con diversas participaciones en el Mundial, que le sirvieron para recibir la llamada del Toyota Team Europe (TTE), el equipo oficial de la firma japonesa, capitaneado por Ove Andersson.

Carlos Sainz Ford Escort WRC

En aquel 1989, Toyota era un equipo reconocido por sus victorias incontestables en el Rally Costa de Marfil y Rally Safari, entre otros resultados destacados, pero les faltaba un coche que les permitiera ser competitivos en las pruebas europeas, que era donde realmente se disputaban los campeonatos. Tras haber debutado en 1988, el Toyota Celica GT-4 contaba en su segundo año con todo un Juha Kankkunen como piloto principal, y Carlos Sainz como escudero. En su primera temporada completa como piloto oficial, Sainz consiguió tres podios, los mismos que el campeón finés, lo que le hizo ganarse la confianza de su jefe de equipo, que en 1990 lo ponía como cabeza de cartel para luchar contra la poderosísima escuadra Lancia, a la que había marchado precisamente KKK.

El español respondió a esa confianza desde la primera carrera, un Rally de Montecarlo que cerró en segunda posición. Sin embargo, no fue hasta casi mediada la temporada, en el Rally Acropolis de Grecia, cuando Carlos Sainz (y Luis Moya, su copiloto desde 1988) lograría su primera victoria mundialista. De hecho, ese año solo estuvo fuera del podio en el Rally de Portugal (retirada por rotura de transmisión) y en el atípico Rally Safari (cuarto). Aunque, de las cuatro victorias que logró, la más memorable fue la lograda en el Mil Lagos de Finlandia, un territorio que nunca antes había sido dominado por un piloto no nórdico.

Carlos Sainz

Carlos Sainz junto al Peugeot 205 T16 Rally Raid

Tras pasar por los equipos oficiales de Lancia, Subaru, Ford (en dos fases) y Toyota en otra ocasión, finalizó su periplo en el WRC a los mandos de un Citroën Xsara WRC, que pilotó las temporadas íntegras en 2003 y 2004, además de los rallies de Turquía y Grecia en 2005.

En sus 17 años como piloto del mundial, disputó 196 rallies, de los que ganó 26 y en 97 de ellos finalizó en el podio. Ello le valió para sumar a sus 2 mundiales como piloto 4 subcampeonatos y 5 terceros puestos. Y no menos importante, hay que tener en cuenta que consiguió estos resultados compitiendo contra los que eran los mejores pilotos de la disciplina cuando él llegó (Juha Kankkunen, Stig Blomqvist, Ari Vatanen, Didier Auriol, Miki Biasion…) y contra los que fueron llegando después (Colin McRae, Tommi Mäkinen, Marcus Grönholm, Peter Solberg, Richard Burns y Sébastien Loeb). Solo le faltarían Sébastien Ogier (6 veces campeón, que se hizo un nombre en el mundial ganando con el Volkswagen Polo WRC en cuyo desarrollo trabajó Sainz) y Ott Tänak, campeón en 2019.

Capacidad de trabajo

La competitividad de Carlos Sainz era ya una evidencia pero, lo que probablemente solo sabían los que trabajaban con él, era su altísimo nivel de exigencia. Para sí mismo, y para el equipo. Asentado en un equipo oficial y con la seguridad que otorgaba un pilotaje al nivel o incluso por encima de los campeones del mundo de la época, el madrileño se hizo una pieza esencial en el desarrollo del Toyota Celica GT-4. Su trabajo tuvo que contribuir de forma decisiva a que el coupé nipón destronara a los hasta entonces intocables Lancia Delta 4WD e Integrale.

Carlos Sainz Lucas Cruz Mini Dakar 2019

A sus 58 años, Carlos Sainz mantiene intacto tu espíritu de trabajo

Podría parecer presuntuoso hablar así de un piloto que apenas tenía experiencia en el mundial. La cuestión es que, cuando se propuso ser tan rápido como los más rápidos en cualquier superficie, no bastaba con exhibir un nivel de pilotaje excelso. También tenía que ser capaz de hacer que un coche que no había demostrado grandes cosas, se convirtiera en un arma muy difícil de batir. Y eso solo era posible dedicando muchos días al año a realizar test y no darse nunca por satisfecho con los resultados.

Así, con Sainz en el equipo, la competitividad de los coches subía varios peldaños hasta conseguir luchar por la victoria en determinadas pruebas e, incluso, por el mundial. Tal fue el caso del Subaru Impreza 555 en 1994 y 1995, el Ford Escort RS Cosworth en 1996 y Ford Escort WRC en 1997, el Toyota Corolla WRC en 1998 y 1999, el Ford Focus WRC de 2000 a 2002 y del Citroën Xsara WRC en 2003 y 2004. Años más tarde, Volkswagen le pidió que les ayudara a desarrollar el Volkswagen Polo WRC con el que Sébastien Ogier comenzó a hacerse un nombre en el mundial, y ganó 4 títulos con la marca alemana. ¿Casualidad? No lo creo.

Reconocimiento general

Este reconocimiento de los aficionados llega más de 15 años después de su retirada, pero lo cierto es que Carlos Sainz ya lo tuvo antes y, si cabe, de un valor superior. En el Rally de Catalunya de 2004, pilotos, copilotos y directores de los equipos oficiales, es decir, sus compañeros de profesión, sus rivales, en definitiva las personas con mayor conocimiento de causa, le concedieron el título honorífico de mejor piloto de rallies de todos los tiempos.

Es cierto que después llegaron los 9 títulos consecutivos de Sébastien Loeb y los 6 de Sébastien Ogier. De hecho, Oliver Ciesla, director general de la promotora de WRC, reconocía que Loeb «es estadísticamente el piloto más exitoso en la historia del WRC», pero explicaba también que a la hora de convocar esta competición honorífica querían «que los fans pensaran más allá de los números para elegir a su mejor piloto». Y así lo hicieron.

Y luego llegó el Dakar

A veces, en un juicio se presentan pruebas que por lo que sea el jurado no puede tener en cuenta para dar su veredicto. Pero, una vez las conoces, es imposible que no afecten tu opinión. Aquí podría decirse lo mismo con Carlos Sainz y sus participaciones en el Dakar. No cuentan para el WRC, pero demuestran que su talento, capacidad de trabajo y nivel competitivo seguían intactos.

Carlos Sainz en el Red Bull Buggy SMG ©Red Bull

Fichado por Volkswagen en 2005 para disputar la por entonces prueba africana al año siguiente, fue una figura clave en el desarrollo de la fiabilidad y rendimiento del Volkswagen Touareg, con el que logró victorias de etapa desde su primera participación.

En 2010, ya en tierras sudamericanas, consiguió su primera victoria absoluta con el Volkswagen Touareg II, a la que siguieron las obtenidas en 2017 y 2019 con sendos buggies, el Peugeot 3008 DKR Maxi y el Mini JCW Buggy de X-Raid, respectivamente.

 

 

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