Prueba PGO BugRacer 500i: siempre de lado

Prueba realizada por F. Llorens

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©Cochesafondo

Poder probar un coche pensado para el campo y apto para las carreras siempre es una alegría para todo amante del mundo de la competición. En esta ocasión, Cochesafondo.com tuvo el placer de poder disfrutar al volante del buggie PGO Bugracer 500i del equipo Espíritu Aventura poco antes de que el ejemplar se embarcara rumbo a Marruecos junto al piloto portugués Rui Cabaço y su copiloto Juanjo Llido para participar en la Panáfrica’09.

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El PGO Bugracer 500i es, en realidad, un cuadriciclo de dos plazas que se puede conducir tanto con carné A como B. Está tan orientado al mundo de la competición que con un simple ajuste en frenos y suspensiones y unas ruedas especiales, puede participar en cualquier rally offroad, no con opciones de ganarlo, pero sí de terminarlo. De hecho, el equipo Espíritu Aventura participará en la Panáfrica’09 con el mismo ejemplar de la prueba con pequeños ajustes en las suspensiones y ruedas más adaptadas a las pistas marroquís.

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El motor del PGO Bugracer 500i es un monocilíndrico de cuatro tiempos de origen Piaggio, con una cilindrada de 460 cc y refrigeración líquida. Cuenta con alimentación mediante inyección electrónica y equipa una caja de cambios automática con marcha atrás. otorga una potencia de

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El propulsor cuenta con una buena potencia, 20,1 CV a 7.000 rpm y un par de 22,5 Nm a 5.750 rpm, para mover los 485 kg del vehículo en un circuito revirado, aunque un poco más de caballería tampoco habría estado de más. La importancia de la mecánica en este tipo de vehículos va mucho más lejos que la simple aceleración: su principal misión es controlar el eje trasero a la entrada de las curvas. La respuesta del pedal del gas es buena, siempre dentro de las limitaciones de una caja de cambios CVT.

El mantenimiento es similar al de un motor de coche tradicional, cambio de aceite cuando toca y poco más.

Cuando te montas en un buggy piensas automáticamente en un vehículo sumamente subvirador, y así es, pero sólo cuando aprendes a llevarlo. Durante las primeras seis vueltas que dimos al circuito, la imposibilidad de meter el tren delantero en las curvas cerradas nos llegó a desesperar.

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Pero todo cambia en el momento en el que aprendes a jugar con el pedal del gas y toda esa desesperación pasa a ser pura diversión. A esto hay que sumarle una velocidad punta de 106 km/h que nos hará disfrutar de lo lindo en las zonas rápidas del circuito. Devora las rectas en segundos y las curvas abiertas son un permanente cosquilleo en el estómago.

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En las zonas reviradas hay que sacar a relucir toda la técnica para encontrar la diversión al conseguir encadenar varias horquillas balanceando el coche y sin perder el ritmo. Cierto que suena fácil, pero cuesta bastante de lograr.

Los basculantes traseros son similares a los que equipan algunos buggies del Dakar. La caja de cambios automática con reductora y marcha atrás nos permite centrarnos plenamente en la conducción. Equipa bloqueo en el diferencial trasero. Las llantas son de aluminio y vienen de serie con neumáticos Kendra, que en terreno con mucho barro tienden a deslizar en exceso puesto que sus tacos son muy cortos.

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Como tiene que ser en un vehículo de estas características, simple y austero. El asiento es regulable en longitud y tiene el freno de mano situado en el lugar indicado. La palanca de cambios queda un poco alejada, un mal menor teniendo en cuenta que solo la utilizaremos para engranar la marcha atrás.

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©Vouga Motor

Los retrovisores en circuitos de polvo son prácticamente inútiles, ya que lo único que veremos en la zaga es una enorme estela de polvo. Los cinturones de seguridad son de tipo arnés de cuatro puntos en las dos plazas delanteras. Tiene una consola bastante básica donde encontramos los testigos de punto muerto, marcha atrás, intermitentes y luz de largo alcance. El espacio interior es bastante amplio en general.

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Si tuviera 11.759 € de sobra y fuera un amante del offroad, sin duda me lo compraría.

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Es divertido y barato de mantener. Los acabados son bastante buenos, aunque considero que es un factor que importa muy poco en este tipo de coches. En la parte trasera cuenta con una bandeja de carga que le otorga una buena capacidad rutera.

Pero donde realmente se puede disfrutar de este vehículo es en un circuito de tierra o en una buena carretera de montaña. También están disponibles versiones con motores más modestos cuyos precios arrancan en 3.363 €.

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