Prueba BMW Z4 sDrive28i: nostalgia mesurada

Valoración

 

 

Prueba realizada por Gaby Esono

stampRecientemente me crucé por la autopista con un Mercedes 230 SL (tipo W113), una reliquia de los años 60 a la que no me pude resistir a hacerle una foto y subirla a Instagram. Igual que las estrellas de Hollywood, el glamour que transmite una joya como esa, no importa los años que hayan pasado, es difícilmente igualable por los tecnológicos productos sobre ruedas que se producen hoy en día.

prueba-bmw-z4-sdrive28i-44A bote pronto, actualmente sólo se me ocurren dos roadsters que emanen, en cierto modo, ese aroma a conducción auténtica, a disfrute de los viajes a cielo abierto como, supongo, se debían disfrutar hace 50 años. Uno sería el Mazda MX-5, a pesar de que su última generación adopta el aspecto manga de sus hermanos con diseño ‘Kodo’. Otro sería el BMW Z4.

prueba-bmw-z4-sdrive28i-61Es verdad que eso del techo duro metálico es de todo menos nostálgico. Esa concesión a las exigencias de la moda de hacer coches descapotables que parecieran coupés habrá ido bien a las ventas (y al ahorro de costes, porque así no se tienen que desarrollar dos carrocerías), pero aporta un peso suplementario que, se pongan como se pongan, condicionan en cierto modo el dinamismo que se le supone a unas líneas que, en cualquier caso, son preciosas desde cualquier ángulo que lo mires.

prueba-bmw-z4-sdrive28i-76Porque si de algo puede presumir el BMW Z4 es de gozar de un diseño que, en mi opinión, es el más logrado de la actual gama de la firma de Múnich. También es el más veterano…

No importa demasiado. La cuestión es que tuve en mis manos un BMW Z4 sDrive28i, que dicho así no dice gran cosa, pero que cuando empecé a buscar carreteras donde conducirlo tuve claro que, cuantas menos rectas tuvieran, mejor.

El discreto restyling a que fue sometido el año pasado el BMW Z4 trajo consigo la incorporación de la nueva gama de motores modulares TwinPower Turbo. Concretamente, el BMW Z4 sDrive28i cuenta con la versión de 245 CV del bloque de dos litros de cilindrada (tras este enlace tienes la prueba del BMW 328i con el mismo propulsor).

cochesafondo-prueba-bmw-z4-sdrive28i-47Alejado de la apabullante desmesura de los seis en línea de los sDrive35i (306 CV) y sDrive35is (340 CV), esta versión intermedia del catálogo del roadster alemán aporta el punto de equilibrio necesario para combinar paseos sin estrés con una conducción muy, muy dinámica.

prueba-bmw-z4-sdrive28i-69Por una parte, la potencia máxima la entrega en un rango de revoluciones alto pero racional (entre 5.000 y 6.500 rpm), sobre todo teniendo en cuenta que es turbo. Pero lo más importante es que el par motor máximo, de 350 Nm, lo tienes disponible cuando apenas te ha dado tiempo de pasar el ralentí. A 1.250 rpm ya te estádiciendo todo lo que puede dar de sí, que es mucho, y lo mejor es que es capaz de mantenerlo hasta las 4.800 rpm.

Traducido a sensaciones, significa este motor mueve con una gran soltura los menos de 1.500 kg de peso de este descapotable (¡ay!, si tuviera techo de lona…) y que hay que ser muy sieso para no divertirse con él, con cierta mesura. A continuación te explico el porquédel matiz.

prueba-bmw-z4-sdrive28i-56La cosa es que es divertido incluso con el cambio automático de 8 relaciones. Ya casi no recuerdo el tacto de las cajas de cambio manuales en BMW (una de ellas fue la del BMW Z4 sDrive23i que probé hace un tiempo), porque la mayoría de las unidades de prensa montan cambios automáticos «deportivos», según definen al de 8 marchas que montaba el de esta prueba.

Prueba BMW Z4 sdrive28iEn cualquier caso, la apuesta de la marca por los de convertidor de par (el de doble embrague DKG se reserva para los motores más deportivos de 6 cilindros) no impide practicar una conducción bastante al límite, siempre que aceptemos que si la electrónica tiene que elegir entre nuestros deseos y la integridad mecánica, optarásiempre por esta última, por mucho que a veces nos pese.

prueba-bmw-z4-sdrive28i-54No es lo único a lo que hay que resignarse. La dirección, por ejemplo, es muy directa y obliga a estar bastante pendiente, aunque el BMW Z4 no llega a los niveles de radicalismo de, por ejemplo, todo un Alfa Romeo 4C. Sin embargo, a poco que seas cuidadoso al conducir, el biplaza bávaro te regalaráun comportamiento más bien noble, menos dado a las alegrías en el eje trasero de lo que sugiere su aspecto.

O, mejor dicho, con esta combinación de motor y transmisión, aunque es muy prestacional, como se sujeta tan bien tienes la sensación de que hay que forzar mucho las cosas para que el eje trasero haga aquello que estás pensando y que no te recomiendo que grabes para subirlo a Youtube.

El BMW Z4 es, tal y como puede verse, un coche incómodo y poco práctico. Afortunadamente. Acceder o bajar del habitáculo obliga a tener un cierto nivel de agilidad, especialmente con el techo cerrado. Pero se trata de un mal sin demasiada importancia, porque no está hecho para ir entrando y saliendo de él.

cochesafondo-prueba-bmw-z4-sdrive28i-74La posición de conducción, inexorablemente baja, apenas te permite intuir que allí a lo lejos, tocando el horizonte, se acaba el perfilado morro de este deportivo. Sentado en uno de sus estupendísimos asientos deportivos del paquete M, podría decirse que tu culo prácticamente siente como giran los engranajes del diferencial trasero.

prueba-bmw-z4-sdrive28i-2Ese cosquilleo -ficticio- en tus posaderas se mezcla con un sonido, el del motor, que hace olvidar la modestia relativa de su bloque tetracilíndrico. No puede tener, ni lo pretende, el refinamiento del 6 en línea atmosférico del antiguo sDrive23i (al que por otra parte supera claramente en prestaciones), pero la forma como inunda el habitáculo es de las que le cambian el carácter a uno.

prueba-bmw-z4-sdrive28i-3Como compensación para quienes piensen que un coche bajito y ruidoso no es para ellos (otros lo definiríamos como estilizado y deliciosamente sonoro…), BMW diseñó en su momento un interior para gustos sibaritas.

cochesafondo-prueba-bmw-z4-sdrive28i-64Los detalles retro como los mandos de la climatización encajan bien en el estilo minimalista del salpicadero, propio de la anterior generación de modelos de la marca de Múnich, lo que ha permitido a este Z4 mantener todo su encanto pese a llevar desde el 2009 en el mercado.

Como decía en la introducción, el BMW Z4 es uno de esos pocos coches que hay hoy en día con apenas filtro, de los que permite sentir la conducción.

cochesafondo-prueba-bmw-z4-sdrive28i-62La dirección, el tacto de los frenos y un bastidor más bien duro (sobre todo con el paquete M) refuerzan ese punto de sugerencia de lo que, imagino, sería la conducción antiguamente.

Claro que es algo ficticio, porque estamos hablando de 245 CV, un cambio de marchas automático de gestión electrónica y unos sistemas de ayuda a la conducción con los que resulta complicado meterse en problemas. Son las cosas de vivir en el siglo XXI.

Este descapotable es, en cualquier caso, un automóvil auténtico, y como tal debe ser amado y comprendido, aceptado tal como es.

El BMW Z4 te puede llevar cada día a la oficina, pero no te lo agradecerá. Y tú a él tampoco.

prueba-bmw-z4-sdrive28i-63Al salir de casa aún somnoliento despúes de haber tomado sólo tu primer café, no resulta agradable el chute de realidad asfáltica que te llevas nada más ponerte en marcha.

Para disfrutar el roadster alemán tienes que proponértelo, casi como una imposición a ti mismo, porque si no será él quien te ponga las cosas claras.

cochesafondo-prueba-bmw-z4-sdrive28i-50El precio de tarifa del BMW Z4 sDrive28i es de 49.100 euros, a los que hay que añadir los 2.786 euros del cambio automático (deportivo) y los 4.768 euros del paquete M que montaba la unidad de prueba (aunque curiosamente el configurador de la marca no permite esta combinación).

Sumado a las llantas de aleación de 19 pulgadas (796 euros), la pintura metalizada específica (Mineralgrau, 796 euros), la cara ayuda al aparcamiento (889 euros) o el carísimo navegador (3.073 euros), el montante puede subir bien por encima de los 60.000 euros.

 

 

 

 

 

 

 

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