El agujero mágico de la Fórmula 1

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Mark Webber observando el F-Duct del McLaren


A. Aulesa – En los últimos meses no se ha hablado de otra cosa en la Formula 1. Desde que McLaren lo incluyera en su monoplaza (al principio nadie sabía ni qué era ni para qué servía), todos los equipos se han ido interesando por esta innovación de la ingeniería que, al parecer, puede reportar de 5 a 7 km/h extra en una recta.

agujero-magico-formula-1-12751590303.jpg ¿Pero qué es el F-Duct y en qué consiste? Bien, se trata de un tubo situado en la parte delantera del chasis del coche por donde entra aire. Este aire se canaliza por un conducto que pasa por el cockpit, por el depósito de combustible, la chimenea y, finalmente, termina en el alerón trasero. Al principio, se creía que sólo se trataba de un sistema de refrigeración del cockpit para aliviar el calor de los pilotos y mantener el habitáculo a una temperatura correcta. Más tarde, se empezaron a apreciar movimientos por parte de los pilotos de McLaren que hicieron sospechar que aquello no era lo que parecía… Y es que el secreto del F-Duct está en los pilotos. Son ellos los que aprietan una válvula con su rodilla para cerrar ese conducto y provocar que el aire que entra por el tubo no se cuele en el habitáculo del piloto y se dirija directamente al alerón trasero.

agujero-magico-formula-1-12751590315.jpg Aunque seguimos sin saber cuál es el objetivo del F-Duct. Aunque pueda sonar muy enrevesado, a la práctica es bastante sencillo: se trata de un sistema para ganar velocidad en las rectas. Cuando el piloto aprieta la válvula del conducto con su rodilla, el aire va directo hacia el alerón trasero y, cuando llega, rompe el flujo laminar de éste. Esto significa que este aire dirigido de forma deliberada tiene el objetivo de disminuir la resistencia que el alerón genera en las rectas para poder darle al monoplaza unos segundos más de velocidad punta. Las leyes de la aerodinámica nos dicen que el F-Duct es más bien inútil en las curvas, ya que en éstas el monoplaza necesita más agarre y, por lo tanto, más resistencia por parte de su alerón trasero. Todo esto sería más sencillo si los alerones de los F1 fueran móviles, pues así el piloto podría modificarlo a su antojo en función del sector del circuito donde estuviera. Pero como los dispositivos móviles están prohibidos por la FIA, en McLaren se han sacado este sistema de la manga que les permite incidir en la inclinación del alerón trasero sin necesidad de tocarlo. Y no ha sido una mala idea. Prueba de ello es el interés por parte del resto de equipos en cuanto al funcionamiento del F-Duct y la manera de incorporarlo a sus bólidos.

Ferrari ya lo hizo en Montmeló, pero instalaron la válvula de control del sistema a la altura de la muñeca y a Felipe Massa no le resultaba cómodo, pues tenía que soltar el volante para cerrar la entrada de aire y terminó siendo peligroso.

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Por su parte, Red Bull también está trabajando en ello. Por el momento, lo han estrenado en Turquía y, a la espera de resultados fehacientes, seguirán evolucionándolo o no. Pero si los coches de Adrian Newey ya son imbatibles, el F-Duct puede acabar de marcar la diferencia en la escudería de la bebida energética.

Otros equipos como BMW-Sauber también lo han incorporado, mientras que el resto dedica parte de sus esfuerzos en conseguir integrarlo en sus monoplazas. Aunque nada como la estrategia de McLaren. En su caso no podemos hablar de magia, sino de obra de ingeniería. El que lo inventó aún lo está celebrando.

Clasificación general de pilotos y constructores 2010

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